Gracias, Gracias, Gracias

"GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS".

Por Carmen Robayna.
Esta es una de las primeras prácticas que incorporé a mi vida diaria. Como mucha gente, supongo, yo era una persona que vivía persiguiendo objetivos.
Siempre tenía nuevos retos, nuevas perspectivas. Siempre quería más.
Más dinero, más éxito, más reconocimiento. Nunca era suficiente. Mi vida iba de objetivo en objetivo, marcándome metas y luchando para lograrlas.
Algunas se cumplían y otras no.
Entonces me sentía mal. Sentía que había fallado, que había fracasado… sobre todo tenía esa sensación cuando veía a mí alrededor a otras personas que sí lo habían conseguido.
Ah, ahí sí que me sentía una perdedora total. Era muy frustrante.
De esa forma, saltando de meta en meta, fueron pasando los años. En mi agenda iba marcando fechas para cuando quería esto ó aquello.
Confieso que a veces me costaba mucho ponerme aquellos objetivos, porque suponían de inmediato una tremenda presión por llegar, por alcanzarlas. El reloj siempre iba en mi contra….
Vivía examinándome a mí misma, vigilando todas mis actuaciones, y criticándome cuando no lo "hacía bien".
Bueno, no creas, mi negocio me encantaba, disfrutaba realmente desarrollándolo, pero sólo me fijaba en la meta. No en el camino hasta llegar ahí.
Me perdía lo mejor.
Cuando comencé a trabajar más en mí misma, en un nivel más personal y profundo, también comencé a ver las cosas de otra forma.
Me di cuenta de todo lo que tenía. De todo lo que había conseguido en el transcurso del tiempo. Y de lo poco que lo había celebrado.
Y comencé a dar gracias.
Al principio fue algo puntual, porque realmente me costaba mucho. No estaba acostumbrada a agradecer, simplemente a ganar.

Creía que todo lo que tenía era por mi esfuerzo y tesón, así que,
¿por qué tendría que dar las gracias?
Sin embargo, venciendo mi propio ego, mi propio escepticismo, lo hice.
Empecé una mañana, intentando hacer una lista de las cosas que tenía.
Lo hice por categorías: Material, personal, profesional, espiritual.
Y, para mi sorpresa, comenzaron a salir a la superficie montones de cosas de todo tipo. Algunas las daba por sentadas -gran error- y esas fueron las que más me impactaron.
Otras simplemente las desconocía. Siempre estuvieron ahí, pero yo no me daba cuenta.
Vinieron a mi mente algunas como:
Gracias por tener un grifo del que sale agua siempre que lo abro. Parece una tontería, ¿verdad? Pero cuántas personas hay que no han visto un grifo en su vida…
Gracias por la luz eléctrica. Igual que el punto anterior.
Gracias por mi colchón, tan blandito y cómodo.
Gracias por tener un techo sobre mi cabeza, que me protege a mí y a mi familia.
Gracias por tener ropa suficiente para cada estación del año.
Gracias por el coche, que tan bien se porta y me lleva y me trae donde lo necesito.
Gracias por mi salud. ¡Qué poco la he tenido en cuenta todo este tiempo! (esta es una de las cosas que uno da por sentadas, y cuando desaparece, cómo nos cambia la historia…)
Gracias por mis hijos, por su alegría y su presencia en mi vida. Cuántas veces nos quejamos de cómo se portan, en lugar de valorar lo que nos a-portan.
Gracias por mi marido, (aquí necesitaría varios folios para agradecerle todo lo que le debo)
Gracias por mis problemas, porque me han permitido aprender lecciones impagables.
Gracias por aquella persona que me escribió aquel correo tan hiriente el otro día, porque me mostró cómo no quiero tratar a los demás.
Gracias por los maestros que me he ido encontrando por el camino, porque me han guiado y ayudado en mi evolución.
Gracias por mi madre y mi padre, porque sin ellos no estaría aquí.
Gracias por lo bueno, y por lo malo. Lo bueno por disfrutarlo, lo malo por enseñarme.
Gracias por….
Esta lista es infinita para todos. Para todos.
Si estás enfermo, si estás pasando un mal momento económico, emocional, sentimental,
Da Las Gracias.
¿Por qué? ¿Sabes lo que consigues con esto?
Te lo voy a explicar.
Dar las gracias por todo lo bueno que tienes te ayuda a ser consciente de lo rica que es tu vida, te hace fijarte en los detalles, que son la clave de tu felicidad y tu bienestar.
Te hace elevarte, sentirte bien.
También te ayuda a multiplicar las bendiciones que ya tienes.
Ser agradecido es algo que al Universo le encanta, y hará que te envíe más de lo mismo. Más y mejor.
Dar las gracias por lo que no es tan bueno, también te beneficia.
Te sirve para ver que todo lo negativo que sucede en tu vida tiene un propósito, que es ayudarte a entender algo, enseñarte algo, mostrarte una enseñanza que está ahí para ti.
Si das las gracias por tu enfermedad, estás admitiendo que dentro de esa circunstancia hay algo que debes aprender, y entonces la lección se te muestra claramente ante tus ojos.
Una vez aprendes la lección, ya no necesitas más estar enfermo.
Dar las gracias hace que tus momentos difíciles sean más suaves, y pasen más rápido.
¿Lo ves?
En lugar de lamentarnos y pensar que somos víctimas de otras personas, de las circunstancias, de la vida misma, que tenemos mala suerte y todo nos sale mal porque hay algo que está mal en nosotros,
Demos Las Gracias.
Pruébalo. Es la práctica de hoy.
Comienza buscando un rato para ti, a solas. Analiza tu vida, mira a tu alrededor, fíjate en todo lo que tienes, y haz listas por categorías si te es más fácil.
Puedes también fluir y dejar que venga a tu mente sin organizarlo tanto, simplemente permitiendo que se muestren ante ti las bendiciones que has recibido durante toda tu existencia.
Empieza por lo "bueno", lo que te hace más fácil y amable la vida.
Te sorprenderás de la cantidad de cosas que aparecen….
Después, tiende la mano hacia lo "malo". Míralo a los ojos, todo: tus fracasos, tus dificultades económicas, tus desengaños sentimentales. Todo.
Verás que las cosas negativas de tu pasado, aunque te provocaran momentos de tristeza y pesar, al final te trajeron algo bueno.
Siempre es así.
Sé consciente de ello.
Fíjate en las oportunidades que surgieron detrás de cada evento negativo en tu vida, y agradécelas.
De hecho, no se hubieran presentado de no haber padecido antes esa circunstancia tan dolorosa. Fueron regalos únicos y preciosos para ti.
Ahora, enfócate en las circunstancias adversas que estás sufriendo ahora mismo, y aún no se han solucionado.
Reconoce que han venido a ti para enseñarte algo, y declara que estás dispuesto a aprender lo que quiera que sea que debas aprender.
Pide que se te muestre dónde está el aprendizaje, y da las gracias por que estén ahí.
Verás lo que ocurre.
Te liberas del dolor sordo y estéril. Este dolor se convierte en entendimiento, en aceptación del proceso que estás atravesando.
No puedo asegurarte que vas a pasarlo mejor a partir de ese momento. (Aunque puede suceder, pues cuando aceptas y entiendes lo que pasa, la rabia desaparece y todo comienza a encajar).
Pero sí puedo decirte que dejas de sufrir gratis, dejas de sentirte perdid@ y sin saber por qué está ocurriendo. Adquieres esa consciencia que te libera y permites que las cosas fluyan para ti, y todo se arregle de la mejor forma posible.
Te abres para recibir soluciones, para ver oportunidades alrededor. Ya no eres una víctima, sino un alumno enfrentándose a un examen difícil.
Recuerda: Cada evento negativo en tu vida, sirve para enseñarte algo.
Da las gracias, pues, por esa enseñanza que te ayuda a crecer y avanzar en tu evolución.
Adoptar una Actitud de Gratitud en todo momento me ha cambiado la vida por completo. He aprendido a disfrutarlo todo, a valorarlo todo como algo positivo y útil.
Para mí en definitiva no hay cosas buenas ó malas. Solo hay cosas de las que aprendo, unas son más complicadas que otras, pero todas me sirven….
¿Te animas a intentarlo? Ojalá y lo hagas, verás lo que pasa.
Gracias por estar ahí.
Gracias por leer estas líneas.
Gracias por formar parte de mi trabajo, de mi existencia, de mi camino.
Gracias por ayudarme crecer, a desarrollarme como terapeuta y como ser humano.
Gracias, Gracias, Gracias.
Carmen Robayna
http://www.carmenrobayna.com/