¡Me pinté de Verde!

Por PiSac

Hace varios días estoy con una idea que me da vueltas en la cabeza. Pasa el tiempo y no desaparece. A veces es más fuerte y hasta me llega a quitar el sueño. Luego se va esfumando hasta que vuelve a mi vida y me recuerda que tengo algo pendiente: Tengo que tomar una decisión.

Pero como tomar decisiones no es fácil y menos cuando implican riesgos, comencé por lo primero: hablar del tema con alguien cercano. Lo primero que escuché fue: ¿Qué te impide tomar la decisión? Comencé a enumerar varias razones: estabilidad, plata, de ser capaz, el miedo al cambio, tener el suficiente conocimiento, encontrar oportunidades… en fin.

Mientras hablaba sentía el eco de mis palabras y terminaba escuchándome como si fuera un extraño. ¿Tienes miedo? Interrumpió de sorpresa. No sé si fueron minutos, pero los pocos segundos antes de mi respuesta fueron suficientes para que mi cabeza diera vueltas y desde el fondo de mi corazón los sentimientos empezaran a brotar. “¡No!, ¿Por qué iba a tener miedo? Se trata de pensar las cosas racionalmente. “Mmmmmm, y qué tal si te liberas, y ves la realidad desde otra óptica, por ejemplo, desde tus sentimientos, desde lo que quieres…”.

Y la pregunta me cayó como un baldado de agua fría, ¿querer? o ¿poder? Creo que se me había olvidado que si dejamos el miedo a un lado y hacemos lo que realmente queremos el poder viene por sí solo. El fin de semana mi primo nos contó que iba a cumplir su sueño de conocer otras culturas; luego mi compañera decidió ser mamá; y mi mejor amigo músico cambió la corbata por la guitarra. 

Es verdad. La vida es solo una y no podemos esperar a que pasen los años para tomar las decisiones de hacer lo que realmente nos gusta, lo que nos hace feliz. Y nuestra felicidad es nuestra principal tarea, conocernos, preguntarnos, cuestionarnos, mirar opciones, planear y tomar las decisiones. Al final, lo peor que puede pasar es seguir buscando la felicidad.

Es difícil reconocer que sentimos miedo, y quizás bloqueamos las buenas energías por la incertidumbre de los cambios. Este año voy a vivir sin el miedo de las razones objetivas, con equilibrio, pero con la decisión de buscar lo que realmente quiero.

Y tú, ¿qué decisión tienes entre el tintero?